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6.-
La mayor parte de la lectura que se hace en la clase
normalmente se basa en un texto corto del libro de texto y a los alumnos se les
pide que se concentren en el vocabulario, en una estructura o incluso en una
determinada habilidad lectora nos estamos refiriendo a la lectura intensiva.
Pero ¿nos gustaría conocer un tipo de lectura en la que nuestros alumnos
mejoren en el idioma de forma placentera y efectiva? Podría ser una forma en la
que los alumnos serían capaces de aprender solos en su tiempo libre, a su
propio ritmo y sin la intervención directa del profesor. ¿No sería este método
de aprendizaje más efectivo que la enseñanza directa? Aunque todo esto parece
demasiado bueno para ser real hoy en día existen suficientes investigaciones
para poder afirmar que todo esto se consigue con la lectura extensiva.
Los beneficios que se obtiene al animar a nuestros
alumnos para que lean por placer ya no son una hipótesis sino una realidad. No
me estoy refiriendo aquí al class reader (lectura elegida para leer en clase)
sino a que los alumnos lean por su cuenta libros que han elegido para pasarlo
bien ya sea dentro o fuera de la clase.
Stephen Krashen en su libro “The
Power of Reading” realiza un estudio sobre las investigaciones que hay
sobre este tema y llega a esta conclusión:
“Cuando un alumno lee
por placer puede continuar mejorando el segundo idioma sin clases, sin
profesores, sin estudiar e incluso sin personas con las que conversar”
Christine Nuttall en su libro “Teaching
Reading Skills in a Foreign Language” define el ciclo virtuoso de la
lectura diciendo que el éxito en la lectura hace lectores con éxito, que cuanto
más leen mejor y más lo hacen. Mientras que en el círculo vicioso de la lectura
donde la carencia de éxito es asociada a lecturas forzadas conduce a una falta
de interés en la lectura.
Warwick Elley realizó una investigación en la ciudad de Fiji durante los años
1980/81 con 500 niños de 9 a
11 años en 12 escuelas (8 experimentales y 4 de control). En las escuelas de
control se impartieron clases normales con el método audio lingüístico mientras
que en las experimentales se usaron 250 libros ampliamente ilustrados que los
alumnos leían por placer durante 20 o 30 minutos diarios y también compartían
la experiencia de la lectura con su profesor que leía en voz alta y comentaba
los libros con ellos. Después de 2 años se hicieron unos tests en donde los
resultados de los grupos experimentales fueron muy superiores en los tests de
compresión, escritura y gramática.
En 1985 Elley volvió a realizar un estudio similar en Singapore
durante 3 años, pero esta vez con 3000 alumnos de entre 6 a 9 años en donde las clases
experimentales volvieron a superar a las de control en los test de lectura,
vocabulario, lenguaje oral, gramática, comprensión oral y escrita. En palabras
de Elley:
“En contraste con los
alumnos que seguían programas estructurados audio-lingüísticos aquellos que
habían estado expuestos a un amplio rango de libros ilustrados de gran interés
y que eran animados a leerlos y compartirlos aprendían el idioma extranjero más
rápidamente… Quizás el descubrimiento más notable es la extensión del efecto de
la competencia lectora a otras habilidades de idioma (escribir, hablar y
control sobre la sintaxis)”
Pero ¿se pueden transferir los resultados obtenidos en Educación
Primaria a la
Educación Secundaria? En 1995 Colin Davis publicó en ELT Jornal un proyecto denominado
PASSES. El proyecto implicó a 40 colegios de Secundaria de más bajo nivel
educativo de Singapore. Entre los componentes que incluía el proyecto PASSES la
lectura extensiva era el más significativo. En cada colegio los alumnos
realizaban 20 minutos de lectura silenciosa y tenían una lección de lectura
extensiva una vez a la semana en donde comentaban las lecturas (las cuales se
las podían llevar prestadas a casa). Después de 5 años el proyecto fue evaluado
y resultó que esos colegios obtuvieron un nivel por encima de la media del
país. Colin David concluía:
“Los alumnos
desarrollaron un vocabulario activo y pasivo más amplio. Usaban frases con
estructuras más variadas y eran mejores identificando y corrigiendo fallos
gramaticales en la escritura y en el habla. En general mostraron mejoría en la
destreza de escribir y aumentaron la confianza y fluidez en el habla.”
En abril de 2001 Timothy Bell realizó un estudio en la republica
arábiga del Yemen con los alumnos más jóvenes de la Educación de Adultos. Se
midió tanto la comprensión como la velocidad lectora en dos grupos expuestos a
programas de lectura intensiva (grupo en donde se estudiaban textos cortos
seguidos por preguntas de comprensión) y extensiva (grupo expuesto a un régimen
de lecturas graduadas) respectivamente. Los resultados indicaron que este
último grupo expuesto a la lectura extensiva logró a la vez más velocidad
lectora y puntuaciones más altas en comprensión lectora.
Si tuviéramos que resumir los ingredientes básicos de la lectura
extensiva podríamos destacar 10 principios básicos:
1. El material para la lectura tiene que ser fácil. Los textos tienen que estar dentro de la competencia lectora de
nuestros alumnos. Tenemos que ayudar a nuestros alumnos a que seleccionen
textos que estén dentro de su zona de confort lectora, más de dos palabras
desconocidas por página pueden hacer que el texto sea demasiado difícil
para una comprensión global. Los alumnos de nivel intermedio no deben de
tener más de 5 palabras desconocidas por página. Algunos autores como Hu y
Nation sugieren que el alumno debe de conocer al menos el 98% de las
palabras de un texto de ficción para una lectura sin ayuda del profesor.
El uso de estas lecturas graduadas es discutible y hay quien opina que
para acostumbrar al alumno al mundo real hay que utilizar textos auténticos
pero esta postura confunde los medios con el fin pues sería como robarles a los
alumnos el material que necesitan para poder progresar y llegar a leer textos
extraídos de la vida cotidiana. Para que los alumnos estén motivados a estudiar
más y a leer más y que cada vez puedan subir más escalones al mismo tiempo que
aumenta su habilidad para leer en el idioma extranjero, deben de leer textos
que reflejen su habilidad lingüística.
2. Se debe de disponer de una amplia variedad de textos y temas. El éxito de la lectura extensiva depende ampliamente de que se
pueda seducir a los alumnos para leer. Para despertar o animar el deseo a
leer los textos deben ser tan variados como los lectores. Libros,
revistas, periódicos, ficción, textos que informan, textos que
entretienen, textos especializados… Una manera de conocer los intereses
que nuestros alumnos tienen en la lectura es averiguar qué leen en su
lengua materna.
3. Los alumnos eligen lo que quieren leer. Este principio de libertad de elección significa que los
estudiantes pueden seleccionar los textos de la misma manera que lo hacen
en su lengua materna. Mutuamente relacionado con este principio, los
estudiantes también son libres para dejar de leer algo que encuentren
demasiado difícil o que resulte no ser de su interés. De esta manera los
alumnos se hacen responsables de su propio aprendizaje.
3. Los alumnos leen tanto como les sea posible. Este principio es posible gracias a los principios anteriores.
El elemento más crucial en el aprendizaje de la lectura es la cantidad de
tiempo invertido en leer. Mientras que la mayoría de los profesores están
de acuerdo con esto, puede darse el caso de que a sus alumnos no se les
esté dando la oportunidad o incentivo para que puedan leer y leer algo
más. No hay ningún límite superior sobre la cantidad de lectura que se
pueda hacer, pero un libro semanal es probablemente lo mínimo necesario para
poder conseguir los beneficios de la lectura extensiva y para que se
consolide el hábito lector. (Hay que tener en cuenta que las lecturas
graduadas para principiantes y falsos principiantes suelen ser muy
reducidas en su extensión).
4. El propósito de la lectura está normalmente relacionado con el
placer, información y comprensión general. La interacción del lector con el texto depende del propósito de
la lectura. En
la lectura extensiva la meta del lector es entender lo suficiente para
poder llevar a cabo el propósito de su lectura (obtener información,
disfrute de la historia o pasatiempo).
5. La lectura es su propia recompensa. La experiencia de leer el texto es una experiencia por sí misma
al igual que ocurre con las lecturas en nuestra vida cotidiana. Por esta
razón muchos programas de lectura extensiva normalmente no van seguidos
por preguntas de comprensión lectora. Los profesores, sin embargo, pueden
pedir a sus alumnos que realicen actividades basadas en sus lecturas
(escribir sobre los personajes favoritos, escribir sobre el mejor o peor
libro que se haya leído o realizar una lectura dramática sobre una parte
apasionante de la novela). Las razones son varias: averiguar lo que los
alumnos entendieron y experimentaron, hacer un seguimiento de las actitudes
que alumnos tienen sobre la lectura; mantener un registro sobre cuánto y
qué leen los alumnos; hacer que la lectura sea una experiencia compartida;
relacionar la lectura con otros aspectos del currículo.
6. La velocidad lectora es cada vez más mayor. Cuando las lecturas de nuestros estudiantes están dentro de su
capacidad lingüística y las leen por intereses personales y generales más
que por fines académicos, es un incentivo leer con fluidez. Nuttall
observa que “velocidad, disfrute y
comprensión están íntimamente relacionados”. Ella describe en
“el círculo vicioso de la lectura al
lector que no disfruta leyendo; que no lee mucho, que no entiende; que lee
con lentitud…. La lectura extensiva puede ayudar a que los lectores entren en el círculo
del crecimiento… El círculo virtuoso del buen lector: lee más rápido; lee
más; comprende mejor; disfruta leyendo; lee más y más rápido…” Con el
fin de desarrollar la fluidez yo recomiendo a mis alumnos que no utilicen
el diccionario cuando se encuentran palabras que no entienden. La lectura
extensiva es la oportunidad de seguir leyendo y practicar estrategias como
ignorar o adivinar palabras desconocidas o incluso pasajes, buscando el
significado general y sintiéndose cómodo con un cierto nivel de
ambigüedad.
7. La lectura es individual y silenciosa. La lectura extensiva, individual y silenciosa contrasta con la
forma en que los textos son usados en clase como vehículo para la
enseñanza del idioma o estrategias de lectura o traducido o leído en voz
alta. La lectura silenciosa permite que los alumnos puedan descubrir que
leer es una interacción personal con el texto y una experiencia de la que
ellos son responsables.
8. Los profesores orientan y guían a sus alumnos.
La lectura extensiva es muy diferente de la práctica que se hace
en una clase normal. Los estudiantes acostumbrados a tratar con textos
difíciles pueden ahogarse cuando de repente se encuentren en un mar de
lecturas sencillas y estimulantes y es posible que no lleguen a entender
que este material contenga en sí mismo la capacidad de convertirles en
mejores lectores. Estos estudiantes necesitan una introducción cuidadosa a
la lectura extensiva. Los profesores pueden explicar que al leer de forma
extensiva no solamente se consigue dominar la destreza lectora sino que se
mejora en todos los aspectos del idioma. La metodología de la enseñanza
extensiva puede ser introducida empezando con una elección: los alumnos
eligen lo que quieren leer. Los profesores deben de asegurar a los alumnos
que no hace falta entender el 100% para una compresión global. Se debe de
insistir en que no habrá ningún examen o test después de la lectura. Y en su
lugar los profesores deben de interesarse en la experiencia personal que
el alumno ha tenido con la lectura (por ejemplo si era gratificante o
interesante y por qué). La orientación y guía implica compartir la
experiencia lectora que conduce al último principio de la lectura
extensiva.
9. El profesor juega el papel de lector modelo. Nuttall decía que
“la
lectura es captada, no enseñada” Maley habla de las implicaciones de
esto para el profesor cuando dice “Nosotros
necesitamos darnos cuenta de la influencia tenemos en nuestros alumnos.
Los estudiantes no solo aprenden lo que les enseñamos sino que también
aprenden de sus profesores”. En definitiva los profesores tienen que
ser lectores, enseñando con el ejemplo las actitudes y comportamientos de
un lector. Los profesores deben de leer lo que sus alumnos leen y
convertirse en parte de esa comunidad que se forma dentro de la clase. Así, cuando
estudiantes y profesores comparten lecturas, la clase de idioma se
convierte en un lugar donde los profesores comentan los libros con sus
alumnos, responden a sus preguntas y hacen recomendaciones individuales a
determinados alumnos. Profesores y alumnos experimentan juntos el valor y
el placer que se encuentra en la palabra escrita.
Esperamos que estos 10
principios para la enseñanza de la lectura extensiva ayuden a los profesores
a pensar y reflexionar sobre sus creencias en el objetivo de cómo conseguir que
nuestros alumnos se conviertan en expertos lectores.
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