Meditaciones Activas Osho. Mi experiencia personal
¿Qué es la verdad? Si realmente estás interesado tendré que darte una tarea; tendré que darte una meditación; tendré que iniciarte en tu laboratorio interior; tendré que llevarte, poco a poco a aguas más profundas de tu ser. Poco a poco empezarás a sentir, a ver, te volverás más sensible, más alerta, más consciente, y las cosas empezarán a penetrar tu gruesa capa de inconsciencia. Algunos rayos empezarán a entrar en tu “oscura noche del alma”. Y entonces sabrás.
- OSHO
Si la gente bailara un poco más, cantara un poco más y fuera un poco más loca, muchos de sus problemas desaparecerían.
- OSHO
Osho y la meditación
Uno de los aspectos que más destacaría de Osho fue su dedicación a la difusión de la meditación y a la creación de técnicas, yo le consideraría como un ingeniero del mundo de la meditación. El se daba perfecta cuenta de las dificultades que el hombre moderno tiene a la hora de meditar. Hoy, nuestras vidas están en constante cambio, con muchos estímulos que procesar, nuestra mente saturada y en constante funcionamiento, nuestro cuerpo tenso, cargados de represiones.
Este estado provoca que no sea fácil para el hombre moderno simplemente sentarse y estar en silencio. Por esto Osho ponía en duda que los métodos tradicionales de meditaciones pasivas fueran útiles para empezar a acercarse a la meditación.
El decía que había que empujar el centro de la personalidad y de la conciencia de la cabeza hacia el corazón y de ahí al ombligo (las raíces), para ello se valía de la catarsis con el que descargar el corazón de represiones y abrirlo, una vez que llegas a las raíces la transformación es posible, pero si usas sólo el entendimiento no lo conseguirás.
El objetivo final es llegar fácilmente a las meditaciones pasivas, en definitiva al silencio, para estar en el presente, aprender a amar, descubrir nuestra verdad y sentirnos en paz. En este estado podremos “vivir la vida” desde los sentimientos, con alegría, con energía, con plenitud, con conciencia y amor para aprender a vivir sin sufrimiento, con un sentido que darle a nuestra vida.
Osho experimentó diversas meditaciones orientales y de otras fuentes, las fue seleccionando, perfeccionando y desarrollando otras nuevas hasta crear las propuestas que actualmente existen.
Estas meditaciones se denominan “Activas” porque suele haber una primera fase de movimiento que posteriormente nos facilita y conduce a otra fase pasiva o de quietud.
Las técnicas usadas suelen tener varias etapas, y en ellas se realizan actividades como danzar, respirar, entonar sonidos, mirar, escuchar, atestiguar, vibrar, expresión corporal, trabajar con chacras y meridianos, etc.
La danza se usa muy frecuentemente, es un medio universal y muy eficaz para expresar lo que cada uno necesita, para aflorar el inconsciente, para disfrutar de la vida y fluir con ella. Cuando uno expresa lo que necesita se suele sentir más relajado.
Se usan tres estrategias para conseguir el estado meditativo, la primera es conseguir estar relajados, la segunda es observar todo lo que ocurre, des-identificándonos de la mente y del mundo exterior, sin luchar con la mente, lo que se llama la actitud de testigo, y la última es no emitir juicios sobre lo que observamos, no decir esto es bueno o esto es malo, aceptando lo que hay.
Mi experiencia personal.
Antes de conocer el mundo de Osho hice un trabajo de crecimiento personal en grupo dirigido por un terapeuta psico-corporal. Fue un largo trabajo de 2 años en los que hicimos una revisión bastante profunda y completa de nuestro ser, se trabajaron los planos físico, emocional, mental y terminó con una incursión en nuestro ser interno usando entre otras cosas la meditación.
Fue una experiencia realmente sanadora, y reconozco que dura en algunos momentos sobre todo cuando se revivieron momentos de dolor que permanecían ocultos. Empezamos a tomar consciencia de las defensas que usamos para tapar dicho dolor, qué patrones de comportamiento usamos, qué tipo de bloqueos tenemos a todos los niveles, etc.
Dicho periodo me hizo cambiar mi visión de la vida de manera radical, y pasé a verme de manera muy distinta y a empezar a cuidarme y a conocerme más profundamente.
Pero en cierto sentido me sentía cómo huérfano alejado de mi grupo y del terapeuta, a pesar de haber obtenido muchas herramientas, muchas de ellas requerían de más personas de apoyo. En dicho proceso afloraron por ejemplo mis problemas a la hora de expresar emociones y aunque claramente mejoraron, todavía me costaba conectar con las situaciones a no ser que tuvieran una carga lo suficientemente grande como para empezar a vivirla y expresarla con plenitud.
Me daba cuenta de que me costaba conectar con la rabia y no sabía como afrontar este tema yo sólo.
Por esa época descubrí la meditación Dinámica de Osho, en dicha meditación tras una primera etapa de preparación en la que se realiza una técnica de respiración caótica, se realiza una catarsis en la cual empiezan a aflorar emociones y en la que te permites expresar lo que tienes retenido. Me sorprendió lo rápido que se podía conectar con temas emocionales latentes, y sobre todo que también era igual de eficaz cuando la empecé a practicar sólo en mi casa. Cada día era distinto, con diferentes emociones y sensaciones, y sentía que mi presión interna iba descendiendo y empezaba a tener una actitud más relajada. Lo que más me atrajo fue el ver que se vivían las emociones con naturalidad y de manera mucho más fácil de lo que a priori podría pensar, en paralelo afloraban a veces las resistencias a practicarla.
Una de las cosas más llamativas para mí fue el comprobar que no era consciente de cuanta rabia tenía acumulada, y no lo estuve hasta que de manera constante y regular fuí trabajando con dicha técnica, veía que esta emoción aparecía con mucha frecuencia, tuvieron que pasar meses hasta que dejó de ser preponderante su presencia, y dieron paso a otras situaciones como por ejemplo la de empezar a sentir y expresar miedo.
Esta técnica me permitió empezar a trabajar de manera autónoma y creo que eficaz. Empecé a profundizar en las distintas técnicas de Osho y también en otras fuentes ajenas a dicho mundo. Las de Osho fueron las que más resonaron en mí entre otras razones porque me producían un estado muy profundo de silencio y de quietud, y esto me ayudaba a integrar mejor lo vivido.
Algo que valoré mucho fue la sensación de haber empezado un camino de evolución en el que algunas cosas empezaban a dejar de repetirse y el tener cierta sensación de dominio sobre dicho proceso, aunque a veces me sentía vulnerable, en paralelo tenía la sensación de que mi sensibilidad se estaba desarrollando y me sentía más consciente y alerta de todo lo que se movía alrededor mío.
Otros beneficios han sido el empezar a ver más claro ciertas decisiones de mi vida sin tener apenas dudas, el conseguir un conocimiento más profundo de mí mismo, el recuperar el gusto y disfrute por bailar, el sentirme más libre y flexible corporal y también mentalmente, el estar más centrado y relajado.
José Antonio Espeso
Ingeniero de telecomunicación y Terapeuta de shiatsu
Si lo deseas te puedes inscribir en nuestro taller CAMPO DE MEDITACIÓN