Meditaciones Activas Osho - Herramientas para el hombre de hoy
Si la gente bailara un poco más, cantara un poco más y fuera un poco más loca, muchos de sus problemas desaparecerían.
- OSHO -
¿Por qué hay que meditar?
Hoy nuestras vidas están en constante cambio, con muchos estímulos que procesar, aprendiendo cosas nuevas de continuo, normalmente estamos más volcados hacia el exterior que hacia el interior, existe un claro desequilibrio. Al actuar básicamente en función de las circunstancias externas poco a poco vamos dejando de prestar atención a nuestras señales internas y con el tiempo dejan de mostrarse con la suficiente intensidad, nos terminamos haciendo inconscientes. Pero internamente se está creando un conflicto (una neurosis), que se produce cuando lo que siento que tengo que hacer es distinto de lo que realmente hago. Si no lo resolvemos necesitaremos hacer una fuerza de contención, nos volveremos tensos.
La meditación trabaja con la persona creando el espacio y los estímulos suficientes para que dichas señales vuelvan a reaparecer, se hagan conscientes y así poder resolver los conflictos adecuadamente, ser coherentes y relajarnos.
Como consecuencia mejorará nuestro estado de salud y bienestar.
La visión de Osho sobre la meditación
Probablemente la mayor aportación de Osho ha sido su dedicación a la difusión de la meditación. El veía que el hombre moderno tiene muchas dificultades a la hora de meditar, y por esto ponía en duda que los métodos tradicionales de meditaciones pasivas fueran útiles para empezar a acercarse a la meditación.
Osho experimentó meditaciones de diversas fuentes (del mundo del yoga, sufíes, budistas, tibetanas, taoístas, tántricas, etc), fruto del trabajo de millones de buscadores, y extrajo su esencia dándole un nuevo formato hasta crear las Meditaciones Activas.
En ellas integra dos tipos de técnicas claramente diferentes, unas que califica como métodos sistemáticos (que integran el cuerpo y la mente), y otras denominadas catárticas en las que se trata de dejar la mente a un lado y permitir que aflore el mundo emocional para así descargar de represiones al corazón.
La importancia que Osho dió al uso de la catarsis es lo que más le ha caracterizado y diferenciado del resto de las escuelas de meditación.
Según él, si sólo se trabaja con métodos sistemáticos la mente se puede hacer muy poderosa, por ejemplo algunos yoguis consiguen dominar el cuerpo de una manera asombrosa regulando al mínimo el número de pulsaciones cardíacas. Pero existe el peligro de que este poder se use para no dejar aflorar el mundo inconsciente a través del plano emocional, esta pugna se puede manifestar creando tensión y un estado persistente de control (inhibición) sobre lo que intenta aflorar de manera natural: el dolor interno no sanado.
Muchas escuelas a la hora de meditar usan un objeto sobre el que concentrarse (la respiración, el tercer ojo, etc). Osho propone en cambio el uso de una atención desenfocada, observando todo lo que hay en el momento presente. Lo argumenta diciendo que la concentración es una cualidad de la mente, y la observación desenfocada es una cualidad del alma (del testigo), si conseguimos marcar distancias con la mente, observándola, nos resultará más fácil no identificarnos con los pensamientos, con lo que sentimos, con las relaciones, con los roles, con el cuerpo, etc. Simplemente observas lo que ocurre, no te agarras a las cosas que pasan a tu alrededor, no te apegas, estás en tu centro.
Según Osho, con la meditación no sólo se trata de saber estar hacia el interior en silencio, también debemos saber estar activos en el exterior observando todo lo que nos ocurre. El saber moverse hacia el interior y hacia el exterior es lo que nos va a dar dominio y equilibrio a nuestra vida, y así empiezas a dejar de sufrir, a relativizar todos tus problemas, a aprender de todo, a no juzgar y calificar las cosas como buenas o malas, empiezas a encontrar el sentido de tu vida y a disfrutarla realmente.
¿Qué son las Meditaciones Activas?
Son técnicas que suelen durar una hora, tienen varias etapas y usan un soporte musical. Se pueden hacer en grupo o de una manera individual. Se denominan “Activas” porque suele haber una primera fase de movimiento que posteriormente nos facilita y conduce a otra fase pasiva de quietud y silencio.
Son un laboratorio donde simulamos nuestra vida, un espacio que nos permite expresarnos, emocionarnos, danzar, cantar, respirar, mirar, vibrar, estar en silencio, etc, siendo testigos de todo lo que nos sucede.
La danza se usa muy frecuentemente, es un medio universal muy eficaz para expresar lo que cada uno necesita y para hacer aflorar el inconsciente.
Las técnicas principales rondan la docena y abarcan un espectro de trabajo realmente amplio. Al no ser muchas nos permitirá conocerlas rápidamente y poder seleccionar y practicar lo que sentimos que más nos conviene de una manera autónoma.
Desarrollan la sensibilidad, el estado de alerta, el tener más claridad mental y autoconocimiento. Facilitan la conexión con los sentimientos. Nos vuelve prácticos, eficaces y espontáneos.
Algunas técnicas son físicamente exigentes y nos pondrán en contacto con nuestros límites (incluidos los mentales), nos tonificarán, nos aportarán energía y vitalidad.
Como en cualquier disciplina es conveniente empezar a aprenderlas en grupo bajo la supervisión de un monitor que nos enseñe el modo correcto de ejecutarlas y que nos diga cómo nos ve desde afuera, así le sacaremos mucho más jugo. Se requiere una cierta constancia y regularidad en su práctica si realmente queremos consolidar cambios. Es así mismo, muy recomendable y transformador, realizar algún retiro de varios días.
Conclusión
Las Meditaciones Activas son una propuesta para la gente que está buscando respuestas a los interrogantes de la vida y una oportunidad de poder cambiar y liberarnos de un pasado y presente repetitivos.
Las técnicas no son un fin, son sólo un medio para hacernos conscientes e ir esculpiendo nuestro “Buda interior” que todos tenemos en potencia, el objetivo final es deshacernos de las técnicas y vivir en el estado meditativo en cualquier momento o actividad de nuestra vida. Si siempre estamos enganchados a alguna técnica o gurú sin avanzar significativamente, algo está fallando, tenemos que saberlo reconocer y tener la suficiente cintura para adaptarnos y cambiar de método o estrategia. Escuchar nuestro nivel de satisfacción nos dará muchas señales de cómo avanzamos en nuestro proceso personal, y así aprender a hacer un uso inteligente de él, nadie mejor que uno mismo para hacerlo.
Os animo a experimentar. Namasté.
José Antonio Espeso
Ingeniero de telecomunicación, Facilitador de meditación y Terapeuta de shiatsu
Publicado en la revista Verdemente en septiembre de 2010
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